miércoles, 13 de julio de 2011

El trabajo del líder emprendedor


   Ser emprendedor no es fácil, sobre todo porque implica un proceso secuencial de acciones que nos permitan obtener nuestros propósitos, insistir para que los proyectos establecidos se cumplan y satisfagan las necesidades personales, laborales, profesionales y sociales, luchando con todos los obstáculos que se presentan, enfrentando las divergencias, las amenazas y todos aquellos conflictos que puedan influir en nuestros sentimientos y emociones, sobre todo cuando entre los miembros del equipo, y el entorno, existan opositores o distractores que pretendan hacerte ver que lo que quieres es imposible, o no es para tí.
        
        Es allí donde tenemos que ser resilientes, insistiendo por lo que queremos, porque nuestro proyecto se desarrolle tal como fue planeado, organizando paso a paso las acciones, con la esperanza que podamos vencer, obtener éxito y excelencia. La resiliencia es una condición del líder emprendedor, porque el camino que debe seguir es a veces largo y complejo, y si no estamos convencidos del cambio, podemos fallar y dejar la tarea inconclusa, hecho que es peor, porque frustra y genera inestabilidad emocional y social. Que maravilloso es cuando planeamos un futuro mejor, nos organizamos en cada etapa, y vamos ejecutando las estrategias necesarias para  poder vencer, además que vamos controlando el proceso para detectar los avances y los retrocesos, tomando decisiones día a día, modificando las acciones más no las estrategias, las metas y la visión e ilusión que nos llevó a pensar en la transformación.
     La  resiliencia es una condición, una actitud ante lo que queremos alcanzar, por eso forma parte de una planificación prospectiva que nos lleva a diagnosticar la realidad, analizar las fortalezas, las debilidades, así como también , las oportunidades y amenazas para proponer objetivos a corto, mediano y largo plazo, planificando el cambio, para lo cual es necesario estar preparado de manera que nos permita adecuar las ventajas competitivas cónsonas con la realidad del contexto, el entorno local, regional, nacional e internacional. Cuando somos resilientes, tenemos otras cualidades, somos creativos, positivos y proactivos, tenemos confianza y seguridad de nuestras competencias, y también de los demás, porque algo es seguro, cuando trabajamos en equipo es más fácil llegar a la meta esperada, al contar con lo que los demás pueden hacer, unificando criterios, experiencias, conocimientos, esfuerzos, tiempo y dinero.
           
          No obstante, no podemos obviar realidades que se convierten en nuestras debilidades, sobre todo porque muchas veces planificamos, pero no organizamos las ideas y acciones para que desarrollen en el tiempo específico y preciso, podríamos ser procrastinadores, dejando para último momento, lo que debemos hacer, que está escrito de manera clara en las instrucciones, pero por darle mayor importancia a lo urgente, dejamos atrás, lo importante, lo descuidamos, y esto afecta la trayectoria del proceso. Tal vez, nuestros proyectos se atrasan, o se olvidan por no atender lo que verdaderamente debemos hacer.
    
           Entonces, la actitud hacia el cambio, hacia el éxito y la superación que tienen un líder emprendedor, debe estar acompañada de una preparación para el futuro, evitando los errores, el ensayo y la improvisación. Por el contrario, cada acción del líder, debe estar acompañada de una gran disposición al trabajo, a la competitividad, aprovechando las oportunidades que el medio social y laboral nos ofrece para crecer, desarrollarnos y vencer, luchando siempre por lo que queremos.
            
           Otro problema, son los conflictos intraindividuales, lo que pensamos y sentimos sobre nosotros mismos, que a veces se convierten en una pared difícil de traspasar, y por ende, genera conflictos interpersonales e interorganizacionales, frustrando los procesos colectivos y trayendo consigo, mayor incertidumbre, duda y riesgo, pero si somos resilientes, este paso se resuelve, porque podremos mirar más allá de lo que está, somos visionarios, futuristas y prospectivos, dando soluciones creativas e innovadoras a cada una de las situaciones que se manifiestan en el entorno donde nos desenvolvemos.
   
        Por tanto, sigamos siendo resilientes, evitemos la procrastinación y demos valor a lo importante de nuestra vida personal, profesional, laboral y social, y venceremos.
                                                             Dulce Guerra